jueves, 15 de octubre de 2009

LA MOMIA DEL CERRO EL PLOMO

¿Sacrificio humano?

En Febrero del año 1954, un grupo de arrieros chilenos descubrieron el cuerpo congelado de un niño Inca en la cumbre, a más de 5.000 metros de altura, del cerro El Plomo, ubicado en plena cordillera de los andes en la zona Metropolitana de nuestro país.

Debido a las bajas temperaturas del lugar, el cuerpo se conservó en excelentes condiciones. “El óptimo estado en que se encontró el cuerpo ha arrojado un cúmulo de datos (…) Se trata de un niño de sexo masculino, congelado de frío en posición fetal, de aproximadamente 8 años de edad, el que se sabe, llegó vivo a la cumbre” (Jocelyn – Holt 2004, p. 139)

Una serie de hipótesis han surgido en base al momento de su muerte, la más aceptada dice que el niño, aparentemente, pasó de un estado de profunda somnolencia, por el alcohol que habría ingerido, a la muerte por congelamiento. Esto además se comprueba al ver la expresión apacible y tranquila que tenía en su cara, lo que da para pensar que la muerte lo sorprendió en medio del sueño.

A partir de lo planteado anteriormente, es posible comenzar a tratar el tema del sacrificio humano llevado a cabo por las culturas, en este caso inca, que habitaron nuestro país. Pero, ¿Qué razones explican estos actos letales? ¿Es posible llegar a comprender las matanzas en estas culturas?
En el caso de los incas, los sacrificados eran siempre niños. Las razones estaban en rendir tributo a los dioses o a fin de detener alguna catástrofe natural que estuviera afectando la vida de las personas.
La muerte era llevada a cabo en la montaña, lugar dotado de poderes mágicos y que además creaba un nexo entre la tierra y el cielo. Allí el niño era enterrado en lugares sagrados, junto con una serie de utensilios de gran valor; abandonado en medio de la soledad y el frío de las altas cumbres cordilleranas.

En primera instancia, el sacrificio humano podría ser visto como la aberración más cruel del hombre. El hecho de matar, en este caso a un niño, para conseguir bienestar religioso y económico no se justifica ni puede ser considerado aceptable. Sin embargo, es fundamental conocer e investigar sobre el contexto y la cultura para llevar a cabo un juicio pertinente y consistente. En este caso, Es esencial constatar el pensamiento inca y lo que significaba para ellos el sacrificio humano.
“La idea de que la sangre derramada purifica, que la muerte revivifica o permite renacer, que quienes mueren devienen divinidades, que el sacrificio humano puede resolver conflictos entre grupos o sirve para reestablecer lealtades con la autoridad, que mediante ofrendas se agradece… en fin, que a través de sacrificios se pueden evitar males aún peores, todas estas creencias arraigadas hacen aceptable o tolerable rituales de esta naturaleza” (Jocelyn – Holt 2004, p. 147)



Es así como es posible determinar que es necesario comprender la realidad estudiada, estar al tanto del por qué de las situaciones y las implicancias que éstas tienen en el contexto en el que suceden. Dejar de enjuiciar los hechos superficialmente, sino que indagar en los argumentos que los respaldan y tomar posturas en base a éstos.





Bibliografía

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